El odontólogo, fallecido ayer a los 83 años de un paro cardíaco, mató con una escopeta a su esposa, sus dos hijas y su suegra en noviembre de 1992. Todo ocurrió en una casona de La Plata.

Según contó él mismo en el juicio en el que fue condenado a la pena de prisión perpetua, los homicidios fueron una reacción suya a los maltratos y humillaciones que recibía de todas ellas y dijo que ese mediodía decidió cometer el hecho cuando su esposa le repitió el apodo con el que lo llamaban: «Conchita».
En el juicio, el propio Barreda contó que el desencadenante fue cuando su esposa le dijo: «Andá a limpiar que los trabajos de conchita son los que mejor te quedan, es para lo que más servís”.
Tras concretar el cuádruple femicidio, Barreda contó que arrojó todos los cartuchos de la escopeta con la que mató a sus familiares en una boca de tormenta.
Luego, según quedó acreditado en el marco de la causa, el odontólogo se deshizo de la escopeta tirándola en un canal en las afueras de la ciudad de La Plata y por la noche se encontró con una amante, con quien concurrió a un hotel alojamiento.
En 1995 Barreda fue condenado a reclusión perpetua por triple homicidio calificado y un homicidio simple y en mayo de 2008 abandonó la Unidad Penal 9 de La Plata, beneficiado con un arresto domiciliario.
En diciembre de ese mismo año, y luego de varias idas y vueltas judiciales, Barreda recibió la libertad condicional, mientras que en mayo de 2016 se declaró «extinguida la pena impuesta» y se hicieron «cesar las accesorias legales impuestas».