Dr. Edgardo Néstor De Vincenzi
-Presidente de la Confederación Mundial de Educación (COMED).
-Presidente de la Federación de Asociaciones Educativas de América Latina y el Caribe (FAELA).
-Rector Emérito de la Universidad Abierta Interamericana (UAI).
-Asesor General del Grupo Vanguardia Educativa (VANEDUC).
El mundo fue y aún hoy es sacudido por un nuevo virus que puso en jaque a la manera en que se desarrollaba la vida social. Por eso, a casi un año de la aparición del coronavirus SARS-CoV-2, y el decreto de pandemia en marzo por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se habla de una “nueva normalidad” y el mundo “post pandémico”.
Las medidas de confinamiento y distanciamiento social para evitar contagios llegaron para quedarse y es sólo la punta de lanza de lo que se puede venir a futuro. Además, países que tuvieron aperturas como en la pre-pandemia han vuelto a vivir rebrotes que obligaron de nuevo al aislamiento. Mientras tanto, la vacuna, no tan lejana, asoma en el horizonte. Pero por el momento es sólo una promesa. Todo esto, más la crisis económica global, obliga a transformar la adversidad en oportunidad creativa.
La incertidumbre aún es grande, pero no es un buen momento para buscar excusas. La vida son momentos y roles que gastamos, usamos y administramos. Depende de nosotros. En las crisis y en la diversidad aparecen los capaces. Estimo que hay dos opciones: la queja estática o los hechos proactivos. Elijo siempre lo segundo.
Y para ello hay que estar capacitado, educado. Hay que encontrar una educación que busque un “optimismo realista”. No podemos cambiar los hechos, podemos tomar actitudes para afrontar el problema y hacer lo mejor posible. Hay que formarse para ser capaz de crear, innovar y ser resiliente. Por eso hay que encontrar “buenos promedios” en la crisis.
El Estado y la Nación en su conjunto deben priorizar la educación como eje de cambio y desarrollo del ser humano y de la sociedad. Para poder salir de la oscuridad, hay que aclarar con educación. Aquí no habrá que confundir la instrucción con la educación. Instruir es el enciclopedismo, pero estar educado es otra cosa.
Hay que entender que la Argentina necesita que nos apoyemos en un sistema de valores que nos abarque a todos en conjunto. Para ello habrá que poner en valor a la política en tiempos de cimbronazo, que serán ellos los conductores que tomarán el timón para sacarnos de esta situación.
Todos los argentinos buscamos lo mejor para el futuro, por eso todos, desde los más chicos a los más grandes, debemos trabajar por un país que pueda competir y superar las crisis por su capacidad.