Por el doctor Daniel Martínez Rector de la Universidad Nacional de la Matanza.
La Argentina, está atravesando una crisis económica severa. Es cierto e indiscutible que la educación y más precisamente las instituciones educativas (escuelas, colegios y universidades) son la herramienta del presente y del futuro que permite inclusión, movilidad social y creación de valor agregado, a través de la capacitación del recurso más valioso que tiene la Argentina: el recurso humano. Por ello, estas tendrán un rol decisivo en la recuperación de nuestra Nación.
La Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) cumplió este domingo 29 de septiembre 30 anos y de esta experiencia podemos compartir elementos que pueden servir al debate y al análisis, la critica y la mejora. Tópicos y paradigmas, que atraviesan el tiempo y las circunstancias y que sirven como matriz de cualquier gestión insitucional educativa.
En estas 3 décadas la UnLam se ha mantenido enfocada en la meta que la orientó desde un primer momento: garantizar el derecho de la ciudadanía a acceder a una educación superior, gratuita y de excelencia. Ubicar a la Universidad como vehículo de la movilidad social ascendente
Desde que, en 1989, el Senado de la Nación sancionó la ley de su creación, la UNLaM representa una oportunidad de desarrollo para miles de familias que ven a sus hijos ingresar a las aulas llenos de proyectos y salir, luego de algunos años de estudio, convertidos en profesionales con una sólida formación académica. Hoy cuanta con 60.000 alumnos y una oferta académica que supera las 60 carreras de grado, posgrado y Formación Continua.
Prueba de esa movilidad es que más del 85 por ciento de los chicos de la UNLaM son primera generación de alumnos universitarios, con todo lo que eso significa.
No hay mejor apuesta para una sociedad que pretenda desarrolarse que la educación. En los países que han logrado un desarrollo sostenido en el tiempo, no hay experiencias de recortes a la universidad, es un dato. El otro dato es que siempre el dinero que se cuenta para la educación siempre parece escaso por lo tanto debemos esforzarnos, para que ese dinero rinda lo más posible. Por ejemplo, nosotros tenemos un no docente cada 88 estudiantes, y nuestra experiencia puede servir a otros para que pueda ser de utilidad porque no hay universidad en la Argentina que tenga ese coeficiente. Se asoman tiempos de acuerdos entre todos los sectores de la sociedad, tiempos en los que todos y cada uno de los argentinos debemos poner el hombro para levantar nuestra nación y debatir respetuosamente cuales son los mojones que alumbrarán ese camino, la educación pública y todos sus integrantes debe participar activamente de ese debate y ese esfuerzo consensuado.
