La autoridad monetaria destacó que ya se ven señales de recuperación. Y consideró que el sistema financiero local soportó con resiliencia la crisis derivada de la pandemia.
En el Informe de Estabilidad Financiera de diciembre, el Banco Central evaluó que para el país la pandemia implicó una combinación de shocks externos e internos sin precedentes sobre una economía que «ya venía de casi dos años de recesión, con alta inflación y deuda pública en niveles insostenibles».
Sin embargo, dijo la entidad en el informe, el sistema financiero continuó mostrando un «adecuado grado de resiliencia» en el transcurso de 2020, situación que se espera se mantenga en los próximos meses.
Esto se da en un contexto local que gradualmente está evidenciando señales de recomposición, situación que sigue siendo dinámica. En este sentido, dada la batería de medidas de políticas monetaria, financiera, fiscal y de ingresos destinadas a evitar que estos shocks transitorios dejasen secuelas permanentes en la economía, hay una «incipiente recuperación económica que está cobrando fuerza en la segunda mitad del año (aunque con disparidad entre sectores)».
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A esas medidas, destacó el Banco Central, se sumaron el gradual avance en la flexibilización de políticas sanitarias, lo que permitió que comenzaran a verificarse indicios de un mayor dinamismo de la demanda interna y con ello de recuperación de la actividad. «Esta tendencia podría acelerarse de confirmarse la posibilidad de que existan vacunas disponibles en forma masiva durante los próximos meses», señaló el Banco Central que conduce Miguel Ángel Pesce.
El Banco Central agregó que recientemente se fueron plasmando ciertas señales positivas sobre el marco operativo en el que actúa el sistema financiero. «Diversos sectores económicos comenzaron a recuperar gradualmente su actividad, situación que le está permitiendo al BCRA ajustar el conjunto de medidas tomadas ante el shock, así como avanzar hacia la armonización de las tasas de interés de política», dijo.
Una evolución de la economía más condicionada podría obedecer a factores externos (agudización de la segunda ola de contagios en el hemisferio norte y medidas de aislamiento más extremas), con impacto sobre las expectativas de crecimiento a nivel global, el comercio internacional y los precios de las materias primas (impactando directamente sobre el nivel de actividad local a través del canal comercial), agregó el BCRA.