Convocadas por dirigentes de la oposición, se movilizaron en el centro de Buenos Aires y otras ciudades del país. El abanico de reclamos incluyó también el rechazo a la corrupción de dirigentes y ex funcionarios kirchneristas, repudio a la «impunidad», y en contra la inseguridad.
En la ciudad de Buenos Aires, el epicentro fue el Obelisco, con una larga caravana de vehículos cubriendo por completo la avenida 9 de Julio y haciendo sonar las bocinas, en general enarbolando banderas argentinas.
Marchas de protesta se registraron también desde primera hora de la tarde en diferentes barrios porteños, con nutridas concentraciones de vecinos en puntos como la esquina de avenida Cabildo y Juramento o en Rivadavia y Acoyte, y frente a la quinta presidencial de Olivos.
En ciudades como Rosario, Santa Fe, Tucumán, Córdoba, Mendoza, Salta y Mar del Plata, entre otras, también hubo marchas de protesta contra el Gobierno.
En la zona del Obelisco volvieron a producirse episodios de violencia contra periodistas del móvil de C5N, que fueron agredidos con insultados y empujados, al punto que tuvo que intervenir la Policía de la Ciudad con un doble cordón de infantería para separar a los agresores, lo que llevó a que tuvieran que interrumpir su trabajo en el lugar.
«Cómplices de la corrupción», «traidores a la patria», fueron algunas de las consignas que lanzaron los manifestantes, y una joven fue interceptada por la Policía por arrojar un «huevazo» contra móviles periodísticos.
En Buenos Aires también se reunió una cantidad importante de personas frente a la Quinta Residencial de Olivos, y en la esquina de Juncal y Uruguay en el barrio porteño de recoleta, donde reside la vicepresidenta Cristina Kirchner, a quien caracterizaron como «chorra» y exigieron que «vaya presa».
En el Obelisco, donde colocaron un muñeco inflable gigante de Cristina Kirchner con un traje a rayas, en un principio hubo un acatamiento general de la distancia social que exigen los protocolos, pero a medida que se fue aglutinando más gente la situación se fue de control y en muchos sectores se vio a gente amontonada, sin distancia social.
Con una frase de San Martín y una imagen de una marcha callejera, el PRO convocó desde temprano en redes sociales a concurrir al espacio público, incumpliendo con la cuarentena que dispuso el Gobierno nacional y también el porteño de Horacio Rodríguez Larreta.
De hecho, Patricia Bullrich llegó en auto al centro porteño cuando comenzaba el banderazo, y se bajó del vehículo para grabar un video dirigido al presidente Alberto Fernández. «Vengo a decirle al presidente que la cuarentena puede que no exista para él. Pero sí existe para un montón de gente que la está pasando mal y que está sin trabajar», señaló.
El actor Luis Brandoni, otro de los convocantes del «17A» llegó al centro acompañado por el ex secretario de Medios macrista Hernán Lombardi. «Comprenda presidente que hay un pueblo reclamando», expresó el artista, en tanto que el ex funcionario de Cambiemos pidió que no avance la reforma judicial.