Tiene 48 años y arrojó el artefacto incendiario alrededor de las seis de la mañana. Según fuentes policiales, está registrado en la AFIP como chofer de taxis y remises.
El incidente ocurrió a la altura de Malaver 1.350, sobre uno de los paredones laterales de la Residencia Presidencial de Olivos. El hombre, identificad como José María Álvarez y domiciliado a unas 15 cuadras de la Quinta, fue detenido por efectivos de la Policía Federal, luego de que vecinos realizaran un llamado al sistema de emergencias 911.
Tras ser reducido, los uniformados descubrieron que Álvarez tenía en su mochila otras tres bombas molotov preparadas. La investigación del hecho quedó en manos del Juzgado Federal número 2 de San Isidro, que conduce Sandra Arroyo Salgado.
Una vez conocido el hecho, fuentes de la Casa Rosada minimizaron la situación y señalaron a la agencia Noticias Argentinas que «sólo fue una botella contra un paredón», a la vez que destacaron que no hubo heridos ni instalaciones dañadas en la Residencia Presidencial.
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Si bien es el primer incidente de este estilo que se registra desde que Alberto Fernández asumió al frente de la Casa Rosada, no es la primera vez que ocurre una situación parecida en las inmediaciones de la Quinta de Olivos.
En 2017, un hombre de 33 años había sido detenido tras intentar entrar armado a la Residencia Presidencial: había tratado de ingresar afirmando a los guardias que quería ver al entonces presidente, Mauricio Macri, para llevarle «regalos», tras lo cual los custodios lo sometieron a una requisa.
Allí descubrieron que llevaba una escopeta de fabricación casera, popularmente conocida como «tumbera», con al menos cinco cartuchos. De todos modos, el líder del PRO no se encontraba en la Quinta de Olivos, sino que estaba de vacaciones en Villa La Angostura.