Un grupo de trabajadores de la salud hicieron sonar las sirenas de las ambulancias en el Obelisco para homenajear a Juan Lobel, de 47 años y padre de 47 años, tras convertirse en el primer doctor del SAME en morir por COVID-19.
“Es un día difícil para nosotros. Venimos a despedir a un compañero y amigo. Espero que Dios lo tenga en el cielo; era un buen tipo que nos va a seguir acompañando”, dijo Alberto Crescenti, titular del SAME, al encabezar la despedida.
Los trabajadores hicieron sonar las sirenas de las decenas de ambulancias que apostaron contra el Obelisco, mientras un helicóptero sobrevolaba la Plaza de la República.
Los médicos y otros trabajadores de la salud realizaron un aplauso en homenaje a su compañero fallecido, donde algunos se emocionaron con lágrimas en sus ojos. «Les agradezco en forma personal a todos ustedes, sus familias, sus hijos, gracias por todo», aseguró Crescenti.
Según informaron desde el SAME, Lobel tenía 47 años, cuatros hijos y es el primer médico del SAME muerto por COVID-19. Estuvo internado ocho semanas en el Sanatorio Güemes y no sufría ninguna enfermedad preexistente.
El sábado también le realizaron una despedida en la puerta de esa clínica porteña al médico del SAME, que ejercía su profesión en el servicio desde octubre de 2017.
Además del homenaje de sus compañeros, colegas y amigos de Lobel, también lo despidieron por redes sociales en las que destacaron su profesionalismo y calidad humana.