El jefe del Congreso, Manuel Merino, se convirtió en el nuevo mandatario del país andino, que vive horas de gran incertidumbre después de que el ex presidente Martín Vízcarra fuese destituido bajo la acusación de «incapacidad moral».
Merino asumió el mando en una sesión parlamentaria y se transformó en el tercer presidente de Perú desde 2016, reflejo de la fragilidad institucional que ha caracterizado al antiguo virreinato español desde su independencia en 1821.
El Congreso destituyó a Vizcarra la noche del lunes por «incapacidad moral» al cierre de un segundo juicio político en su contra en menos de dos meses, tras denuncias de que había recibido sobornos cuando era gobernador de la región sureña de Moquegua en 2014, cargos que él niega.
Vizcarra descartó entablar acciones legales para resistir la decisión del Congreso y dijo que se marchaba de inmediato del Palacio de gobierno a su vivienda particular.
«Salgo del Palacio de gobierno como entré hace dos años, ocho meses: con la frente en alto. Me voy con la conciencia tranquila y el deber cumplido», declaró ante la prensa, rodeado de sus ministros, en el patio de la Casa de Gobierno.
Vizcarra gozó de niveles récord de popularidad en sus 32 meses de gobierno, lo que se reflejó con marchas y cacerolazos en su apoyo en Lima y otras ciudades tras ser destituido.
Por su parte, Merino afirmó que la destitución de Vizcarra «ha sido un acto democrático sin componendas políticas», y llamó a la «serenidad y a la tranquilidad», luego de las protestas en apoyo al destituido presidente.
Ingeniero agrónomo y ganadero de 59 años, Merino se hizo con un escaño en los comicios legislativos extraordinarios de enero, convocados por Vizcarra tras disolver constitucionalmente el Congreso el 30 de septiembre de 2019. Su elección como jefe del parlamento fue impulsada por la bancada de Acción Popular, el partido de centroderecha al que pertenece desde hace 41 años y primera minoría en el cámara.