viernes, diciembre 6, 2024

Luis A. Huergo, el primer argentino que obtuvo el diploma de ingeniero. Por José Narosky

Los hombres más avanzados, son los que más avanzan.
Las hazañas de los grandes deportistas argentinos, se alojan en la memoria popular. También los éxitos artísticos, los logros científicos o los triunfos militares. Nadie los discute.

Pero se suele cometer la injusticia de olvidar a otros grandes de nuestro país.

Y a esa indiferencia, además del olvido se le suma injusticia.

Si hiciésemos una encuesta preguntando:

¿Qué realizó el Ingeniero Huergo?. Creo que un elevado porcentaje de argentinos, no sabría responder.

En nuestro país se celebra cada 6 de junio, el Día del Ingeniero, ¿y saben por qué?.

Porque ese día de 1870 se otorgaba en Buenos Aires, el primer diploma de Ingeniero. Y el destinatario era Luis Augusto Huergo.

La lista de sus realizaciones es muy numerosa.

Dedicó gran parte de su vida, para dotar a la Ciudad de Buenos Aires de un puerto, acorde con las necesidades del creciente tráfico marítimo, para lo cual, presentó un proyecto muy completo, útil y práctico.

Otro Ingeniero, Eduardo Madero, también dio a conocer poco tiempo después, otro proyecto, que al Ingeniero Huergo no le pareció adecuado.

Sin embargo, el Gobierno Nacional, se decidió por el de Madero, que ubicaba a los diques en forma paralela a la costa, lo que dificultaría futuras ampliaciones.

El tiempo demostró que el proyecto de Huergo, que posibilitaba ampliar el puerto paulatinamente, a medida que las necesidades lo exigieran sin interrumpir la actividad, era más viable. Lo utilizaron también, pero solamente para las obras posteriores.
A los 39 años fue nombrado Director de las Obras del Riachuelo, que era en ese momento, un precario arroyo surcado solamente por pequeñas embarcaciones.

Lo transformó de tal manera, que la capacidad de anclaje del Riachuelo, fue creciendo, hasta poder recibir barcos de mayor calado. También viajó a Inglaterra, enviado por el gobierno, para contratar la construcción de 120 puentes, cuyo armado en nuestro país, dirigió a su regreso.

Ideó posteriormente, el primer dique seco para la Argentina, y lo plasmó en San Fernando, en el Gran Buenos Aires.

Sólo agregaría, sin olvidar su concretado proyecto del ferrocarril Buenos Aires – Villa Mercedes (San Luís), el diseño y construcción con Guillermo Villanueva y el Ingeniero Luiggi, del puerto militar cercano a Bahía Blanca, denominado hoy Puerto Belgrano.

Fue también, además de Diputado y Senador Provincial, Ministro de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires y Decano y Profesor de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires.

Y una breve anécdota final que lo define.

Siendo ministro de Obras Públicas, leyó en un diario que uno de sus ordenanzas, había devuelto una billetera que había encontrado en la calle, con una suma de dinero.

Lo llamó a su despacho y en la conversación, se enteró que el modesto ordenanza, tenía una hipoteca sobre su vivienda.

Firmó entonces una resolución, adjudicándole un premio en efectivo por su honradez, que le alcanzaba al empleado para abonar la deuda hipotecaria.

Además, resolvió ascenderlo en jerarquía, incorporándolo a su secretaría privada.

Creo que este gesto del Ingeniero Huergo, define gráficamente la nobleza de su condición humana.

Y un aforismo para el Ingeniero Huergo, que murió en 1913, tres días después de haber cumplido 76 años.

“Algunos hombres agregan rosas a los rosales»

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