Así lo decidieron ante el paro de 24 horas anunciado ayer por la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (ATILRA). La medida de fuerza produjo un excedente en los sitios de almacenamiento de las plantas lácteas en todo el país.
En ese contexto, el gremio se había ofrecido a recibir y procesar la leche fluida, «siempre y cuando fuese donada a entidades de bien público». El objetivo era «asistir a los sectores más castigados y vulnerables de la sociedad, paliando, en parte, las vicisitudes nutricionales que sufre gran parte de la niñez de nuestro país”, expresó ATILRA en un comunicado.
Sin embargo, el sobrante de leche fluida fue vertido por la industria en un claro gesto de mezquindad por parte del sector empresario que prefirieron arrojar la leche
antes que donársela a los hogares carenciados de acuerdo a la propuesta que le formulara Atilra.
El sector empresario CIL y Apymel realizó un llamado para que prime la cordura y el diálogo donde tendría que primar la grandeza y la generosidad.