El próximo martes los senadores argentinos debatirán y votarán por la legalización o no del proyecto de ley de Interrupción del Embarazo. ¿Esta ley solucionará los problemas generados en la mujer por embarazos no deseados? ¿O por el contrario provocará más daños en la mujer y su entorno?
Este debate lleva años y tomó más fuerza en 2018, cuando el entonces presidente Mauricio Macri envió al Congreso Nacional dicho proyecto de ley. El actual presidente Alberto Fernández, en la que parece la única política de Estado en Argentina, vuelve a enviarla este año a la Cámara de Senadores.
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El aborto no es la solución para los problemas de salud, económicos, o sociales de la mujer, más bien los agravan. No resuelve la compleja problemática de los embarazos no deseados, más bien sumerge a la mujer en consecuencias psicológicas que le acarrearán malestar durante toda su vida. Por lo cual los médicos seguimos afirmando que la legalización del aborto no es la solución; mata al niño por nacer, daña a la mujer y afecta la consciencia del varón.
¿Queremos avanzar realmente y con sinceridad en la solución de la problemática del aborto clandestino?
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Abramos un debate social y académico en que la premisa para la solución de la problema no sea terminar con la vida del niño por nacer, sino más bien terminar con la pobreza, falta de escolaridad, carencia de planes de prevención de sexualidad en poblaciones en riesgo etc. Busquemos respuestas adecuadas para el bien de la sociedad, que fortalezcan la moral, el bien y la familia.
El aborto no es sólo un problema de salud pública, cultural, exclusivo de la mujer, de derechos civiles o de justicia. Es más bien un asunto de «HUMANIDAD», en donde la vida es el valor supremo que como sociedad debemos defender para dejarle a las futuras generaciones de argentinos una nación en paz y progreso.
*El autor es médico de la Universidad de Buenos Aires (UBA)
Matrícula Nacional: 115.316